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María José Duin


Seminario, seminario de San Rafael quiero continuar los versos de una amiga fiel.


También quisiera recordar... todas las gracias recibidas de Él... pero son tantas, tantas que no terminaría jamás. Lo sé.


Las gracias que uno recibe con solo acercarse, ni con palabras, ni con frases pueden explicarse...


Con solo una visita, una misa, una confesión, brota la paz y la alegría en el corazón...


Millones son los testimonios, que ya hemos escuchado. No hay duda, aunque la busquen. Es de Dios, este SEMINARIO.


Y finalmente, has sido sepultado... pero parafraseando al poeta recordemos... que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado...


Seminario, seminario de San Rafael podrán destruirte físicamente pero las gracias que de tí han brotado, nadie, jamás, las podrá vencer...


De tal manera que esas gracias quedarán en nuestras almas... y aunque pase el tiempo serán siempre recordadas...


Seminario, seminario de San Rafael. A Dios alabo, por medio de Él. Sea físicamente o que no puedas volver, resucitarás en nuestros corazones, porque allí podrás permanecer...


Y cada vez que tu recuerdo llene de dolor nuestro ser, pediremos a Dios las gracias, para no desfallecer...


Seminario, seminario de San Rafael tus gracias seguirán vivas... en esta prueba de fe. Y Dios mío, gracias... nos has regalado mucho por medio de Él.


María José Duin


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