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Soy María Inés Fernández, nacida en General Alvear (uno de los tres departamentos que forman la Diócesis de San Rafael) en 1977.
Alrededor de mis 8-9 años comencé mi catequesis en la Parroquia de Fátima (yo vivía a 5 cuadras de la misma). Mi asistencia a catequesis era como a la escuela iba cada sábado pero sin demasiadas ganas, pero TODO cambió cuando LA MISIÓN DEL SEMINARIO llegó, mi vida y mi fé cambiaron rotundamente.
MI VIDA porque cada mañana me levantaba con "la misión " de IR A LA MISIÓN, luego MI FÉ creció, mi devoción nació con amor, guitarreadas, fogones, juegos, canciones, caminatas por las calles haciendo "SANTO LÍO" (ruido con latas, tapas de ollas y palos, espumaderas ó cucharas de madera).
A partir de ese momento mi VIDA (hija de mamá soltera, que trabajaba todo el día, yo al cuidado de mi abuela) pasó en la Parroquia de Fátima, sobre todo los fines de semana con catequesis por la mañana , grupo y juegos por la tarde; los domingos: Misa por las mañanas y juegos por la tarde. El Párroco cumplió junto con un vecino las veces de papá, en aconsejarme sobre mis actitudes en la adolescencia, mi comportamiento hacia mi madre; al llegar a los 14 años nos mudamos a nuestra casa, continué yendo a la Parroquia pero ya en mi último año de secundaria no asistía a Misa. Al año siguiente me mudé a la Provincia de San Luis, allí volví la Misa y me integré a un grupo de universitarios y un sacerdote del Seminario de San Rafael iba todos los sábados por la mañana a la Universidad Católica de San Luis a darnos clases de Filosofía y de Antropología. Hoy ya pasaron más de 20 años, ya casada, madre de 9 niños (7 con nosotros, 2 en el Limbo de los Justos) los 3 varones son monaguillos, formamos parte activa de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús. Estoy convencida de que si Dios Padre no me hubiera dado la posibilidad de cruzarme con aquella misión y de los contactos permanentes que he tenido con sacerdotes en toda mi vida MUY DISTINTA sería la misma hoy. María Inés Fernández.
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