¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Así inicio mi relato, ya que son innumerables las gracias recibidas de Dios por medio del Seminario de San Rafael. Y es que mi historia comienza con la de mi hermano, quien ingresó como seminarista hace más de 30 años. Siendo adolescente concurría a visitarlo, esos domingos eran maravillosos, un pequeño retiro espiritual. En esa capilla fui testigo del crecimiento de mi hermano como sacerdote. La gracia de Dios hizo que él fuera ordenado hace más de 20 años. Sus compañeros son parte de nuestra familia, hasta alguno de ellos es padrino de uno de mis hijos. Recibí consejos de excelentes formadores: el Padre Ramiro Sáenz, el Padre Ricardo Coll, el Padre López. Mantuve contacto con el Padre Alejandro Mikel Ciarrocchi desde que era el "librero del Seminario". ¡Cuántas palabras de aliento recibí en mi juventud de parte de ellos! ¡Cuántos consejos acertados me dieron! ¡Cuánto han rezado por mí y por mi familia! En momentos difíciles siempre he recurrido a ellos, y me han ofrecido el apoyo y la oración que he necesitado! Liliana Lemos.
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