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Julia Ramis


Mi nombre es Julia Ramis, vivo en General Alvear.

Hace 6 años que frecuento con mis padres el Seminario “Santa María Madre de Dios”. Cada tercer domingo de mes nos preparamos para mantener un agradable encuentro con mi hermano Tomás y el resto de los Seminaristas con sus respectivas familias. Cada visita la vivimos con gran felicidad ya que compartir este momento con ellos es para nosotros muy gratificante.

Participar de la Celebración Litúrgica y mantener diálogo con los Seminaristas y Sacerdotes, reconforta nuestra alma y fortalece nuestro vínculo de amor con Cristo.

Esta casa de formación, habitada por un puñado de varones valientes y generosos, busca transmitirle a los fieles Laicos la alegría que se siente al servir a Cristo y a la Santa Madre Iglesia. Mediante sus Apostolados, acompañamientos a los más necesitados, misiones y obras de Misericordia logran extender y colaborar con el reinado de Cristo en el mundo. A través de los años hemos visto formarse y ordenarse a muchos Sacerdotes. En cada charla espontánea que surge y en las actividades que realizamos junto a ellos logramos ver lo felices y contentos que se encuentran en ese lugar Bendecido.

La existencia del Seminario en la Diócesis ha sido el resultado del esfuerzo de muchos, cada uno desde su lugar. Vemos, así como Obispos, Sacerdotes, Religiosos y Laicos han realizado un esfuerzo mancomunado para lograr esta verdadera obra de Dios, puesta en manos de la Santísima Virgen María. Conversando con diferentes personas de la Diocesis nos hemos enterado del gran aporte pastoral, material y económico que realizó la comunidad del Sur Mendocino para construir y levantar el Seminario. Obra que continúan estos Seminaristas buscando embellecer su hogar y gratificar a Dios por tantos dones y frutos que ha dado esta casa de formación por años. En todas estas actividades en que se ven involucrados y en la cual trabajan con mucho entusiasmo y espíritu de servicio, hemos visto la mano y caricia de Dios que los acompaña. El cual va forjando su voluntad y moldea su vocación al Sacerdocio.

Cada vez que escuchamos a un Sacerdote ordenado o un Seminarista que transita actualmente sus estudios, nos impresiona su formación teológica o filosófica que nos invita y conduce al camino de la verdad, su virtud de humildad, de generosidad y caridad. Su gran devoción hacia los Santos y a María Santísima. Y tantas gracias más que crecen en cada uno de ellos y son fruto de la excelente formación que han recibido durante tantos años a través de sus maestros.

Gracias a los consejos y conversaciones que he mantenido con Sacerdotes de la Diócesis, logré acercarme más a Dios y comencé mi Apostolado en la Acción Católica Argentina. Sirviendo a ¡Cristo Rey! asumí el compromiso de ser Dirigente de Aspirantes de Acción Católica e integrante del grupo de Jóvenes de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús. Confío que en momentos de tanta aflicción Dios no desampare a los Seminaristas y los guíe para encontrar un lugar donde poder llevar adelante su vocación, no lograda en su Seminario.

Continuemos rezando para que el fruto de todo el esfuerzo realizado a través de tantos años no se vea truncado por la decisión del cierre de nuestro Seminario.


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