“La educación es salvar almas, salvando la propia y dando gloria a Dios.” Don Bosco. Estimados: mediante esta hermosa frase, llena de sentido para el educador cristiano, queremos dar a conocer nuestro testimonio como profesoras de Filosofía que recibieron su formación de sacerdotes pertenecientes al Seminario Santa María Madre de Dios. Ante la lamentable y triste decisión de cerrarlo queremos expresar nuestra angustia porque hemos sido testigos de la fidelidad a la sana doctrina y a la iglesia de Cristo de los formadores de este seminario. Por una gracia especial de Dios tuvimos la oportunidad de estudiar la carrera recibiendo la filosofía aristotélica tomista de grandes formadores como: Padre Alejandro Giner, Padre Andrés Widow, Padre Carlos Spahn, Padre Roberto Sánchez, Padre Luis Facello, Padre Juan Pablo Sancho, Padre Miguel López, Padre Marcelo López, Padre Héctor Albarracín, Padre Ricardo Col, Padre Rubén Ippoliti y laicos que también brindaron su enseñanza como Milena Decarre, María Luján Blas, Marta Giglio, Ana Soler, Cristian Rodríguez entre otros. Nos sentimos en falta si no los nombramos porque reconocemos su sacrificio abnegado para brindarnos lo mejor de sí en la enseñanza impartida. Muchos de los sacerdotes formadores son fruto de esta gran casa y a todos ellos estaremos eternamente agradecidas por hacer de nosotras miembros de una sociedad activa que busca el reinado de Cristo en todos los órdenes cumpliendo con nuestros deberes cristianos de madres de familia y también como profesionales dentro del ámbito de la docencia y la investigación. Todo lo vivido en la Facultad desde el punto académico, cultural, moral y eutrapélico representa un recuerdo invaluable que atesoramos celosamente. Entre ellos nunca olvidaremos el poder cursar en el mismo seminario algunas materias para recibir una formación más acabada haciendo uso de la prodigiosa biblioteca con la que cuentan y respirando el clima de paz y regocijo interior propios de una casa de Dios. Por otra parte, queremos expresar nuestra inmensa alegría al contar entre los seminaristas a tres de ellos que han sido alumnos nuestros y agradecemos a Dios por permitirnos pensar que tal vez algo de lo mucho que nosotras recibimos haya servido para despertar esa hermosa vocación. También, como miembros de la comunidad de Malargüe, pudimos ver la semilla puesta en una gran misión llevada adelante, hace dos años, por los seminaristas, y que hoy está dando grandes frutos…. trabajaron con los niños en los oratorios, con los jóvenes, con los grupos de matrimonios y misionaron por las calles de nuestra ciudad llevando a Cristo a cada uno de los hogares. Ante tanta generosidad manifestada en obras hoy nos preguntamos ¿Nos quitarán, por meras decisiones humanas, estos privilegios que Dios concede tan pródigamente a nuestras almas? Rogamos a Dios y a Nuestra Madre que nunca nos desampara que esta decisión se revierta ya que privarán a una diócesis de uno de los mayores bienes que la comunidad puede tener: un semillero de futuros sacerdotes fieles a Cristo, a su Madre iglesia y a la verdad revelada. Todos los que vivimos en el mundo deberíamos hacerlo como los que viven en este seminario…plenamente conscientes de Dios y haciendo de ÉL su centro. Muchas gracias por todo lo brindado Seminario Santa María Madre De Dios. Irene Vázquez- Fanny Vázquez- Magali Carrieri
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