Hola, somos un grupo de chicas de la Milicia de la Inmaculada Madre del Redentor, de la Parroquia San Pedro Apóstol. Tenemos entre 12 y 15 años. Hoy nos dirigimos a quien corresponde, en nuestro humilde pedido y opinión para que no se cierre el Seminario de San Rafael. Queremos contar nuestra hermosa experiencia como jóvenes católicas que han tenido la gracia de vivir algunos de los muchos frutos que nos ha dejado el Seminario Diocesano. Tanto el Seminario como los Seminaristas y Sacerdotes formados allí, son muy apreciados por nosotras y muy importantes en nuestra vida espiritual. El año pasado tuvimos la gracia de que los seminaristas vinieran de misión a nuestra parroquia. Fuimos testigos de su gran apostolado en la misma, tanto en adultos, niños, jóvenes, adolescentes, ancianos, y afortunadamente pudimos aprovechar muchos de sus frutos. Vivimos la misión de una manera muy especial, aprendimos muchas cosas, nos acercamos más a la fe y sobre todo nos divertimos sanamente; jugamos, reímos, cantamos… ¡La pasamos espectacular! Fue una experiencia inolvidable. Era muy notable que los seminaristas llevaban a Jesús en sus almas y su mayor deseo era alegrarnos, lo notamos porque se las ingeniaron de mil maneras para tratar de hacer felices a todos. Ellos estaban siempre sonriendo, contando chistes, tocaban su guitarra, hacíamos rondas y nos poníamos a cantar. Hicieron obras de títeres, nos daban charlas para llevarnos por el buen camino, hicimos un pesebre viviente, rezamos. Y lo más bonito, era que buscaban y recibían a todos los chicos que quisieran participar de esas tardes geniales. Todas cosas tan simples que alegraban el corazón. Nos encantaría poder vivir esta experiencia única nuevamente alguna vez. Y sentimos un gran privilegio de haber podido participar de la misión. Todos esos bellos recuerdos quedan grabados en nuestra memoria y en nuestro corazón, ya que tuvieron grandes efectos en nuestras almas.
Grandes seminaristas y sacerdotes han salido del Seminario de San Rafael, a nuestro grupo han venido excelentes formadores con muy buen espíritu que constantemente quieren ayudarnos a llegar a la Santidad, la verdadera felicidad. Sería una tristeza muy grande que cierren nuestro querido Seminario, ya que por medio de él se han convertido muchas personas y se han podido salvar muchas almas. Aparte separan a esa familia que ya se había formado ahí dentro. Los Seminaristas son muy importantes para San Rafael, para la Iglesia entera y para Dios, ¡Son instrumentos de él! El Seminario es necesario. Finalmente, nos despedimos agradeciéndole a todos y cada uno de los seminaristas por el entusiasmo y disposición en la misión y en la Parroquia, gracias por la alegría que transmiten siempre, gracias por cada enseñanza y cada consejo… Ellos mismos nos enseñaron que debemos confiar en Dios sobre todas las cosas y pedir con el corazón porque todo puede cambiar conforme a su Santa Voluntad… “Un joven católico tiene un amigo Sacerdote o seminarista”, gracias por regalarnos su amistad. Los tendremos muy presentes en nuestras oraciones, toda la Parroquia San pedro reza por el Seminario.
Los saluda, la Sección “Damas de María” del grupo de la M.I.M.R: Gianna, Pía, Sofía, Lourdes y Lucía.
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