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En primer lugar queremos dar gracias por contar con este espacio para poder brindar nuestro testimonio de la infinidad de gracias recibidas por el Seminario Santa María Madre de Dios.
Como familia católica perteneciente a esta Diócesis, hemos recibido numerosas gracias a lo largo de los años, empezando por la Santa Misa diaria y dominical, en la que se hace actual el sacrificio de Cristo y hemos gozado de Su presencia en la Santa Eucaristía. Son muchas las parroquias que nos han abierto sus puertas a lo largo de nuestras vidas y muchos los sacerdotes, excelentemente formados, que nos han alimentado el espíritu con sus palabras en cada una de estas misas. Palabras que han llegado en el momento justo, dando luz a alguna situación complicada o que simplemente nos han permitido hacer más nuestra la Palabra de Dios.
Tampoco podemos dejar de mencionar la gracia del bautismo de nuestros tres hijos, que les permitió convertirse en hijos de Dios y miembros de nuestra querida Iglesia Católica. Siempre hubo un sacerdote de nuestro querido Seminario bien dispuesto a bautizarlos con prontitud y con la alegría de tan hermoso sacramento.
De jóvenes pudimos formarnos como parte del Grupo Universitario Santa Tomás Moro, que no sólo nos dejó conocimientos y la sed de la verdadera sabiduría, sino también amistades que han perdurado con el paso del tiempo. Grupo de laicos pero siempre orientado por un sacerdote notablemente bien formado.
Ya de casados tuvimos la gracia de formar parte de otros grupos de formación guiados por sacerdotes de nuestro Seminario, como grupos de matrimonios y de métodos naturales de planificación familiar, que han contribuido ampliamente a nuestro crecimiento como matrimonio y como familia, y nos permitieron conocer amigos con los que hoy compartimos la fe, el amor a la Iglesia Católica y la educación de nuestros hijos.
Y cómo no mencionar los mates compartidos con aquellos que inician su camino a convertirse en "otro Cristo" allí, en nuestro querido Seminario, cuna de tantas vocaciones. Tampoco se puede olvidar los partidos de fútbol, las charlas, la visita familiar a los conejos o las gallinas… Por eso nuestro Seminario no es sólo un lugar de formación de seminaristas, también es un lugar de encuentro para las familias del Sur Mendocino en el que uno se siente acogido y siempre bien recibido, un lugar donde ir a pasar gratos momentos con la cálida compañía de su gente.
Por todo lo mencionado anteriormente, nuestra familia dice NO al Cierre del Seminario Diocesano Santa María Madre de Dios.
Rogamos a Dios que nos conceda la gracia de que nuestro Seminario continúe dando los grandes e incontables frutos que ha dado desde sus inicios y Nuestra Señora, Madre de Dios, lo siga protegiendo como hasta ahora de los embates del enemigo.
Familia Sarmiento.
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