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Familia Pons-Ríos Martín



Somos Elio y Mariana, matrimonio joven de apenas 9 meses.

Ante este sorpresivo y desafortunado acontecimiento hemos decidido narrar la incidencia tanto del seminario como de los sacerdotes diocesanos en nuestras vidas. Ambos forman parte esencial en ellas. Desde temprana edad, hemos sido formados en la Fe, hemos crecido en familias católicas que a la vez fueron formadas y ayudadas por sacerdotes de la diócesis. En primer lugar, la catequesis y seguidamente los grupos parroquiales, particularmente Acción Católica, cuyos asesores supieron guiarnos fielmente y transmitirnos su espíritu de esfuerzo, responsabilidad, caridad y docencia, fiel reflejo de sus vidas y virtudes forjadas en el seminario. Conocimos a Jesucristo por ellos, aprendimos a imitarlo por ellos, pudimos pedir perdón a Dios por nuestras faltas y recibir los sacramentos también por ellos. En mi experiencia personal (Elio Pons), tuve la oportunidad de participar de un retiro de discernimiento vocacional en el año 2014, en el cual pude descubrir el inmenso valor, trabajo, dedicación y entrega desinteresada que realiza el sacerdote, como fiel discípulo de Cristo, con la extraordinaria gracia de poder hacer presente a Dios entre los hombres administrando la Eucaristía. En cuanto a la convivencia dentro del seminario, pude observar su gran labor y disciplina forjada en el correr de los años, donde cabe destacar el especial cuidado y dedicación en la formación espiritual, moral, doctrinal y servicial por porte de sus formadores. Sin lugar a duda fue una experiencia de gran provecho para comprender el gran misterio de amor que se esconde detrás de cada sacerdote fiel. Somos inmensamente afortunados de que nuestra vida haya transcurrido paralelamente a la suyas. Esto nos dio la gracia de poder pedir luz y consejo ante los problemas y pesares de nuestro corazón. No solo fueron formadores, sino alivio para nuestros corazones agobiados en el momento de las pruebas y dolores. Hoy nos duele pensar que nuestros hijos no podrán vivir lo mismo ni recibir la misma asistencia. El cierre del seminario es una decisión que realmente nos conmueve y acongoja, parece mentira que una perla tan valiosa se pierda de manera tan fugaz y sin respuesta alguna. Damos gracias a Dios por todas las gracias y dones recibidos, por valerse de estos instrumentos fieles para llegar a nosotros. Rogamos por toda la Diócesis, por nuestro obispo, sacerdotes y todo el pueblo fiel. Pedimos a Dios que nos asista con gran lucidez y coraje para transitar el camino hacia la Patria Celestial. En Cristo y María. Familia Pons-Ríos Martín.


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