
Soy una simple laica, madre de dos hijos y abuela de tres hermosos nietos que el Señor a mi esposo y a mí nos ha regalado y que siempre me he sentido parte de la comunidad de mi Parroquia Nuestra Señora del Rosario. Luego que dejaran esta porción de Iglesia los sacerdotes de la Orden Oblatos de María Inmaculada, llegaron a nuestra comunidad los sacerdotes diocesanos, algunos ordenados en el Seminario "Santa María Madre de Dios" y otros siendo formadores del mismo. Por seguir comprometida con mi parroquia y ser parte activa de la misma, puedo dar testimonio fehaciente de la maravillosa y diría "gigantesca" obra que han hecho estos últimos: Cuando estos sacerdotes se hicieron cargo de esta comunidad, que por cierto es un departamento muy extenso, solo teníamos una parroquia, hoy tenemos tres parroquias y dos Capillas en la ciudad, tres capillas en la zona rural que, por estar tan alejada de la ciudad, deben recorrer cientos de kilómetros para llegar a esas localidades. Con ellos se logró el único colegio confesional "San José", iniciándose con el nivel primario, para luego concretar el sueño del nivel secundario y terciario, el cual ha hecho mucho bien y digo con mucho orgullo, ya ha dado varios profesionales a nuestra ciudad. Una obra que no tiene parangón, y nos llena el alma, es la creación de nuestra amada "Capilla de Adoración Perpetua", ¡Cuántos se han convertido gracias a ella! y por eso, cada año, todos los grupos parroquiales nos unimos para celebrar como el Señor se merece, en la gran Fiesta de Corpus Christi, de la cual hay testimonios foráneos de ser la única que se hace en la provincia de Mendoza, y me atrevo a decir en toda la Argentina, con estas características y todo por la iniciativa de estos sacerdotes. No se me puede quedar en el tintero, la magnífica misión que están llevando a cabo los sacerdotes de esta Diócesis en Cuba, ¡para sacarse el sombrero!, una diócesis (Santa Clara- Cuba), que después de cincuenta años la religión volvió a cobrar vida. De ello puedo también dar testimonio fehaciente, ya que pude integrar el primer grupo misionero entre sacerdotes, seminaristas y laicos que pisamos esas tierras, luego vendrían otras más. Cuánto bien se hizo y se sigue haciendo en esa herida Cuba. Ni hablar de todas las misiones que dos veces por año se realizan en distintos puntos del país, donde se reúnen jóvenes de varias provincias, con un solo objetivo: llevar a Cristo a los más recónditos lugares. Varios sacerdotes salidos de este noble Seminario, están diseminados por distintas partes del país y del mundo. Por todo esto puedo decir, y sin miedo a equivocarme: ¡Qué calidad de sacerdotes ha dado nuestro Seminario! ¡Cuánto bien han hecho y aún tienen ansias de seguir haciendo más por Cristo y su Iglesia! Podría seguir y seguir con su obrar, pero sería largo de enumerar, (grupos de jóvenes, matrimonios, catequistas, cursillistas, pre-matrimoniales) esto es más que un testimonio. Por todo lo expuesto donde Cristo, María Santísima y la Santa Eucaristía, ocupan un lugar preponderante, es que me hago una gran pregunta y ojalá pueda encontrar alguna repuesta: ¿Tan mala es esta obra a los ojos de Dios?, ¿Prefiere Dios una doctrina mediocre, donde se profane su enseñanza, de un modo especial la Eucaristía? ¿Ser un Santo Sacerdote, como los que nos ha dado este Seminario, es desagradable para Dios? Si Cristo dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida..." ¿no sería el deseo más preciado de Nuestro Señor que toda alma busque ese fin? y quien sino los Sacerdotes quienes se encargan de ello? Si esto no es amor a Dios, ¿alguien me puede decir que es? Que nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen y las almas de sus fundadores, protejan, iluminen y fortalezcan a este Santo lugar y a sus jóvenes seminaristas. Elsa Vazquez de Monjeló Malargüe - Mendoza - Argentina
Comentários