Cuánta angustia causa la tristísima y dolorosa noticia del cierre del Seminario de San Rafael. No sólo para la Iglesia sino también para nuestra querida Patria.
Los sacerdotes que allí se formaron, con tan buena Doctrina, son hombres de Dios, Apóstoles de Cristo, que supieron y saben guiar a las almas por el Camino, La Verdad y La Vida; no sólo con sus palabras y buenos consejos, sino también con sus actos cotidianos.
En lo personal, y familiar, agradecemos al Señor por tan incontables gracias y beneficios, así espirituales como temporales, recibidos de distintos sacerdotes formados en el Seminario de San Rafael, durante más de 25 años, en nuestro caso.
Realmente cuesta entender "la causa o el motivo" para que toda esta enorme y noble labor llevada a cabo durante tantos años, y con frutos tan abundantes y buenos, sea "cerrada" de un día para el otro, sin más explicación que el contexto de una pandemia... Roguemos a Nuestro Señor por toda la Iglesia, especialmente por la Diócesis de San Rafael, por su Obispo, sus sacerdotes y seminaristas, por las familias. Con la esperanza de que esta decisión se revierta!! Saludos en Cristo y María Cristina y Guillermo Mácola
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