Estimados amigos:
Deseo contarles que trascurría el año 2003 aproximadamente cuando me sobrevino una difícil y gravísima situación personal que no sabía cómo afrontar, me causaba mucho dolor y estaba desbordada emocionalmente. Decidí, por gracia de Dios, dirigirme al seminario Santa María Madre de Dios y allí fui recibida por un sacerdote formador. Él me escucho, me consoló, me dio luces y marcó mi vida para siempre. Porque a no ser por su atención no sé que hubiese pasado...
Ese acto en particular me llevó a rezar siempre por ese sacerdote que me ayudó tanto, por los sacerdotes y por el seminario.
También podría contar las innumerables anécdotas en esa Institución, que tal vez por ser "diarias" o "habituales" no serían tomadas con entera importancia, pero quiero exponer que los seminaristas siempre han atendido con respeto y caridad, siempre han estado prestos al servicio del prójimo y necesitado, han realizado misiones con incontables frutos espirituales,la librería ha suministrado artículos y material de notable calidad doctrinal y teológica, etc.
El seminario, nuestro seminario Santa María Madre de Dios es un hogar, el hogar de Cristo en esta tierra que recibe a todos los que se quieran acercar a Él, si nos lo quitan nos sacan ese regazo donde todo fiel sanrafaelino o del sur mendocino ha acudido en momentos tormentoso y en alegres circunstancias para expandir la alegría, es dejarnos un poco huérfanos...
Gracias por esta iniciativa
Un abrazo en Cristo
Claudia Correa
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