Somos la CATEQUESIS ESPECIAL de General Alvear y queremos dar testimonio, testimonio de verdadero amor a Nuestro Señor Jesucristo y a nuestra Madre María Santísima.
La Catequesis especial nació hace más de veinte años en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, con el apoyo y sabiduría del Padre Hernán Sánchez; quien se preocupó y ocupó de que Jesús y María también vivieran en las almas y corazones de chicos, jóvenes y adultos con discapacidad.
Desde el comienzo, en todos nuestros encuentros semanales, siempre hemos contado con la presencia de algún sacerdote, que fueron un pilar fundamental para ésta misión tan hermosa pero difícil que Dios nos ha encomendado.
Aquí nombramos en modo de agradecimiento a todos los sacerdotes por su entrega amor y dedicación: P. Hernán Sanchez, P. Jorge Herrera, P. Sergio Román, P. Marcos Gomez, P. Cristian Jurado, P. Gregorio Ansaldi. Todos ellos con algo en común: ordenados en el seminario Santa María Madre de Dios.
Mucho más de 200 niños, adolescentes y adultos pasaron por nuestra catequesis, conociendo a Jesús y a su Santísima Madre. Han recibido bautismo, comunión y confirmación, y aún perseveran en la FE y nos acompañan en los encuentros semanales por más que ya han recibido todos los sacramentos.
Tenemos muchas vivencias para contar, sería imposible contar todas, pero no podemos dejar de mencionar al menos un par.
Un día un sacerdote, recién llegado a la parroquia, celebraba la Sta. Misa y en el momento de dar la comunión se encontró con la sorpresa que un chico con parálisis cerebral, solo se comunicaba con escasos sonidos, comenzó a gritar con tanta fuerza que todos los allí presentes se dieron cuenta que ansiaba recibir a nuestro Señor, entonces el Padre tuvo que acercarse hasta donde él estaba en su silla de ruedas y darle la comunión. Recién allí se quedó tranquilo, callado y feliz porque tenía a Jesús con él. Todos pudimos ver una verdadera devoción a la santa eucaristía y la necesidad de recibir el pan de vida.
En otra oportunidad, se acercaba la fecha de primeras comuniones, nosotras, como catequistas, creíamos que uno de los chicos no estaba bien preparado para recibir a Jesús; sin embargo, cuando el padre lo confiesa y luego de dialogar un largo rato, se da cuenta que él estaba preparado, pues sabía bien a quien iba a recibir y al día siguiente tomó la comunión. Y no podemos dejar de contar el clásico juego de nuestra catequesis, EL HUEVO PODRIDO, que por supuesto ningún Cura se salvó de jugarlo y pagar alguna prenda de vez en cuando.
Debido a los traslados de los sacerdotes tan frecuentes, nuestro grupo se ha visto perjudicado varias veces, a las personas con discapacidad les cuestan muchos los cambios. Sumado que en nuestra parroquia quedaron menos curas y demasiadas obligaciones las catequistas y los chicos nos hemos sentido como huérfanos. Por eso y muchas más razones es tan importante la tarea y la presencia del sacerdote en la catequesis especial. Y si el seminario se cierra, esto se agravaría.
Gracias a los curas nuestros chicos, jóvenes y adultos, se contagiaron del respeto, la humildad, la fortaleza y la fe, para seguir el camino y llegar algún día al Reino de los Cielos, y es por ellos que nuestra catequesis perdura en el tiempo.
Todos ellos reciben a Jesús en la boca y el que puede de rodillas. Todos ellos saben reconocer con el corazón la importancia de a Quién van a recibir.
Por esto y muchas cosas más, todas buenas, a favor de nuestros queridos sacerdotes, nos preguntamos y no entendemos ¿por qué se cierra el seminario diocesano Santa María Madre de Dios? Semillero de tan fructíferos sacerdotes.
CATEQUESIS ESPECIAL
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