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Hace un tiempo, me dijeron que en la basílica de San José de Flores se estaba hospedando un sacerdote del seminario diocesano de San Rafael.
Y realmente me interesó conocerlo, y fue muy bueno ya que encontré a un sacerdote íntegro, entregado a Dios y a los fieles.
Varios de mi familia conseguimos un confesor de buen consejo, un sacerdote que enseña desde su sola presencia, que tranquiliza el corazón, que indica y corrige con amor, ese es el Padre Miguel Heit. ¡Sacerdote de San Rafael!
El día de su partida se celebró una misa y se realizó un encuentro de despedida y era increíble la cantidad de gente, con solo dos años y medio de estadía. He visto personas emocionadas, llorando y rogando por otro sacerdote igual. ¡Sentimos orfandad! La formación del seminario es evidente, porque se nota mucho en los sermones de los sacerdotes egresados de ese seminario. El padre Ignacio Elías es uno de ellos, la profundidad de sus sermones muestra la buena formación, siendo tan joven, tiene una intensidad de fe y caridad notables. Mi hijo se casó con Laura Elías, hermana del Padre Ignacio, que tuvo un accidente donde el sufrimiento atravesó a toda la familia y fui testigo del apoyo y compromiso de los sacerdotes, seminaristas y fieles del seminario de San Rafael para la recuperación y consuelo de ellos. Tienen una actitud paternal plena y de alegría, que da la fe bien vivida. Pido a Dios que ilumine los corazones de quienes deben decidir sobre el destino del seminario y no nos lleven a una nueva orfandad. Andrea Curin
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