Con profundo dolor vivo este momento en que se ha ordenado el cierre del Seminario de San Rafael.
Como laica, me siento orgullosa de un seminario ¡¡¡con 40 seminaristas!!!
¿Cómo se puede cerrar un lugar que ha sido y es una bendición del Señor para todo su pueblo fiel?
Reitero: tengo mucha tristeza y siento desolación por el futuro de nuestra amada Madre, la Iglesia Católica.
En este momento me es de mucha utilidad, lo leo y releo en Hechos 4, 19: “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (¡y lo han dicho Pedro y Juan, nada menos!).
Que el Espíritu Santo les haga rever a los responsables esta cita que acabo de mencionar, porque estoy segura, muy segura que el Señor y su Santísima Madre tienen también el corazón partido de dolor por esta decisión.
Saludo en nuestro amado Señor Jesús,
Adriana M. Alberton
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